PASO 0: LO QUE NO SIRVE
Antes de pasar al tutorial, veremos algunas cosas que supuestamente deberían asegurar nuestra red casera, pero que no lo hacen:
Ocultar el SSID: El SSID, o en términos simples, el nombre de nuestra red inalámbrica y que pueden cambiar por lo que sea, está ahí sólo para poder identificar una red de otra.
Todos los routers ofrecen la posibilidad de ocultar el SSID, pero esto no trae ningún beneficio en cuanto a la seguridad. Claro, no aparecerá en una búsqueda normal, pero basta con utilizar un programa que escuche a la red de modo pasivo (es decir, que monitoree las transmisiones inalámbricas), para poder descubrir, en cuestión de segundos, nuestra Red.
Filtrar direcciones MAC: Esto también puede sonar como una buena alternativa, pero no lo es. Lo que esta opción hace, es sólo permitir acceso al WiFi a los dispositivos que hemos registrado manualmente – cada dispositivo tiene una dirección MAC que lo identifica, como una suerte de número de serie, o documento de identidad.
Suena genial, no? El problema es que, al igual que en el caso anterior, cualquier programa puede dar un número de serie falso, o siguiendo la analogía, mostrar un documento falso, y así le damos libre acceso a nuestra Red, sin peticiones de passwords, ni nada.
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